La actividad de distribución de energía eléctrica tiene por objeto la transmisión de energía eléctrica desde las redes de transporte o desde las centrales generadoras conectadas a la propia red de distribución, hasta los puntos de consumo en las adecuadas condiciones de calidad con el fin último de suministrarla a los clientes.
En términos generales, tienen la consideración de instalaciones de distribución todas las líneas, parques y elementos de transformación y otros elementos eléctricos de tensión inferior a 220 kV, salvo algunas excepciones contempladas en la Ley del Sector Eléctrico.
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